Del Vitascope a Netflix

por Ernesto Baca *

Siempre creí que el cine documental es adicto a sostener el monopolio de lo real. Las posturas frente a lo real se fundan en un tiempo, un lugar y en sus circunstancias históricas. Si observamos la forma de representar el mundo, el cine documental procuró mostrar una realidad sin maquillaje, tal como la ve el ojo/cámara…., pero una copia fiel a como son las cosas no es más que una postura. Es una vieja batalla disputada entre el discurso histórico y el discurso ficcional para quedarse con el montaje de qué es lo real. Quizás la pregunta debiera ser ¿el cine documental no es el que más oculta lo real?.

Para entender el fenómeno remontemos el curso histórico a la disputa entre el Vitascope y el Cinematógrafo (1896-97) que, por la practicidad del invento y la estrategia de marketing, hizo que el cinematógrafo saliera victorioso. Los agentes de la compañía Lumière presentaron, primero, su invento al poder porque sabían que "la realeza" siempre posee el método normalizador. En cambio, la estrategia de compañía de Thomas Alva Edison fue popularizar su invento en ferias y vodeviles. En este caso, el poder entendió que el uso del invento podía generar la capacidad de sustituir la realidad, amplificarla para vivir nuevas realidades, o bien anularla... la pantalla que muestra y, al mismo tiempo, oculta. Pero había algo sano aun en ese cine primitivo donde los ojos prístinos veían al mismo nivel el Regador regado (donde había un paso de comedia) y La llegada del tren (donde predominaba el hecho). En ambos casos, la irrupción de la cámara filmadora ejercía la función del elemento ordenador de la realidad cuya esa capacidad es, aún hoy, un ejercicio de poder. Luego el cine sonoro vino a completar y amplificar el volumen del gran espejo donde mirarnos.

Posteriormente, la innovación de "lo real" pegó un giro con la invención de la televisión en 1930 hasta su desarrollo total en 1935, porque agregaba un elemento que aun no estaba en el mapa, la ilusión de simultaneidad. Llego la era del dominio del tiempo, tanto como la de los Gregorianos que lograron imponer su calendario; ahora lo que sucede está pasando aquí y, al mismo tiempo, está pasando en otro lugar, ya no estamos en diferido, estamos en directo. Además la forma de propagación de sus imágenes revoluciono la cultura de masas, e invento esta segunda naturaleza que el poder supo aprovechar muy bien para adoctrinar a los grandes públicos. El cinematógrafo perdió potencia en esta batalla, pero más adelante volvería a recuperar territorio mediante la invención de las emulsiones en color (1937, Agfa).

Actualmente, el uso de los teléfonos móviles con ordenadores interactivos está socavando el territorio que la televisión había logrado conquistar con el uso de lo real, ya hemos incorporado estos aparatos a nuestra cotidianeidad, han tomado nuestras vidas, e inclusive nuestras memorias (personales). Y a esta construcción de lo real, siempre se le agrega algo: primero fue la sensación espacial de vitalidad (vitascopio), lo segundo, la sensación temporal de simultaneidad y, ahora, la sensación circunstancial de que podemos controlar remotamente esas imágenes (facebook, netflix, etc…). En los casos citados, este uso de lo real es una construcción ficticia porque la sensación de realidad es siempre un sustituto de realidad. Siempre hay un manipulador que le da forma a los contenidos y que hace el mundo a nuestra imagen y semejanza; curiosamente, cuando más creemos que tenemos el control de esas imágenes, más nos dominan.

Personalmente creo que el cine documental ha perdido mucho territorio de lo real, por eso las películas más interesantes resultan aquellas que efectivamente están cuestionando este límite entre lo ficcional y lo documental porque la realidad ha sido asaltada por los innumerables canales de comunicación que diversifican aún más el sentido de lo real. ¿Que es lo real, entonces?: un conjunto de estructuras y relatos por lo cual puedo percibir la realidad, un conjunto histórico de ideas que van mutando según espacio y tiempo, información que llega hasta mi, que "me" complace en ciertos aspectos porque reafirman las convicciones que le dan sentido a la forma en que veo la vida…

El cine de ficción tiene mucha más ventaja porque, aceptando que es una segunda naturaleza, un sustituto de la realidad, puede mostrar escenas donde lo representado es más potente que la realidad misma. Por ejemplo, en el consumo de la violencia hay una construcción convencionalizada que pone en escena ese uso de la violencia, su espectacularidad la lleva al terreno de lo increíble, y es ahí donde puede transitar más libre en el plano de lo ideológico, porque es una representación irracional. En el cine documental, la violencia tiene que ser mostrada de una forma más medida porque esa distancia esta simplificada por la ética del realizador, que tiene que empatizar con un modelo cívico que se pre-asume, la ideología debe disfrazarse para pasar por un lugar mas ecuánime.

Moraleja: nunca una batalla se pelea igual. Los actuales CEOs de Kodak están queriendo introducir una nueva cámara de film de súper 8 al mercado, dándole muchas facilidades a las compañías productoras de cine para producir film con resolución 4k. Si uno ingresa a la página de Kodak se pueden ver todas las películas de cine que se están produciendo con "fílmico", queriendo provocar, en la escala capitalista, el efecto derrame hacia las compañías productoras que vienen debajo. Personalmente, creo que ese efecto derrame no se está produciendo, que el elemento normalizador no está dando su fruto porque es una cámara impráctica y costosa y, además, tiene que luchar con la ideología que estos mismos CEOs han creado, es decir, que el film es algo "obsoleto". Imponer un medio tecnológico de la imagen hace también que esta realidad se modifique, es una postura ideológica frente a la realidad de la revolución digital. Está todo en movimiento y la batalla por lo real aún sigue.


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Ernesto Baca nació en 1969 en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires. En 1997 completó sus estudios de cine y video en CIEVYC. En 2002 presentó su primer largometraje "Cabeza de palo" ("Stickhead") en 16 mm. En 2005 conncluyó "Samoa", íntegramente filmada en super 8, que más tarde ganó un subsidio para su ampliación hasta 35 mm. En 2008 presentó la película "Música para Astronautas" ("Música para astronautas") también filmada en formato super 8, con la cual recorrió los festivales de Mar del Plata, en Argentina, Visión du Réel en Suiza y Punto de Vista en España. En 2009 completó un mediometraje documental titulado "El Sirviente" ("The Servant"). En 2010 entró en contacto con varios directores y estudiantes para dirigir la película "Teoría de cuerdas" ("teoría de cuerdas" A ") que terminó produciendo. También viajó a la India para dirigir un documental de creación titulado "Vrindavana", el cual fue lanzado en el Bafici (Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente) 2010 y participó en la competición oficial del Festival Punto de Vista 2011, España. Además realizó "Mujermujer" ("womanwoman"), presentada en la sección Foco Súper 8 del Bafici 2011. "Jardines" ("Gardens"), en el Bafici 2012, mezcla de vídeo, super 8, 16 mm y 35 mm. Poco después realizó "La misión del comandante Asthar Sheran", presentada en el festival de documentales Bs.As Doc. 2012 y con estreno internacional en el CPH: DOX 2012 en Dinamarca. En 2013, se lanzó a la realización de cine vivo con Spectrum, realizada en found footage. En 2017 estrena, en Comepentecia Argentina del Festival de Mar del Plata, Requiem para un film olvidado. Actualmente se encuentra en posproducción Israel, documental filmado íntegramente en México.

Notas

  • Vitascope y Cinematógrafo - Copyright 1995 Smithsonian Institution
  • TV: www.tvhistory.tv/1935-1941.htm
  • Imágenes de "Requiem para un film olvidado" (2017) de Ernesto Baca