360°

Por Cecilia Fiel

En sus últimas dos ediciones, el DocBuenosAiresha incluido entre sus actividades el evento denominado 360° HACKADOC. Si bien la realidad virtual no es hoy una novedad, ya incorporada a los videos juegos y a los grandes diarios con sus secciones en 360, sobresale la tendencia de que las tecnologías inmersivas sean incluidas dentro de los festivales dedicados al cine documental. Esta tendencia, que en nuestro país es reciente, hace tiempo que tiene presencia en festivales internacionales tales como Venecia, Amsterdam (IDFA), Sundance, Tribeca, Toronto, Doc Montevideo, Festival de Mar del Plata e incluso Ventana Sur donde se dedican secciones de realidad virtual. En 2017, hasta los Premios Oscar también tuvieron entre sus nominaciones un cortometraje en 360, Pearl, dirigido por Patrick Osborne.

docbsas.com.ar/cortos-360-hackadoc
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En 2016, durante la 16a edición del DocBuenosAires, tuvo lugar un entrenamiento con tecnología 360. A partir de una selección previa, un grupo de profesionales, provenientes de la comunicación audiovisual, participaron de dos días de entrenamiento sumado a una tarde de rodaje y a otra de posproducción. El taller estuvo dictado por Gabriel Pomenariec de la productora Virtual360. El objetivo fue realizar un cortometraje de un minuto con la nueva tecnología1 para ser proyectado durante el Doc. El cortometraje ganador fue Maíz y circo (Fermin de la Serna, Sharon Alpuche, Javier Leoni Puebla, Laura de los Santos, 2016), una vista de la Plaza de Mayo en contrapunto sonoro con el discurso del dictador Leopoldo Galtieri convocando a la guerra por Malvinas.

En la edición de 2017, el DocBuenosAires optó por una muestra en la que se incluyeron trabajos seleccionados por NeoMediaLab y Laboratorio Audiovisual de Investigación y Experimentación (LaIE) de la Maestría en Periodismo Documental (UNTREF). En esta segunda edición, y a lo largo de 7 videos360 de distintos países, pudieron verse historias documentales que combinaban la animación con el registro de lo real. Un ejemplo de esto es el cortometraje israelí Symphony of longing (Shirin Anlen, 2017) que cuenta la historia de la demolición de la plaza Tzina Dizengoff de Tel Aviv donde concurren, actualmente, los marginados de la ciudad a pasar sus días. Las opciones del recorrido de la plaza, y de las historias, se activan con la experiencia interactiva, con tan solo levantar nuestra cabeza y mirar hacia el sol que aparece en la imagen.

También pudo verse el cortometraje colombiano español, Metaverso (Jorge Cuevas, Juan Manuel García, Gaia Pistolesi, Nazly López Díaz, 2017), que da cuenta de la manipulación del genoma humano y sus posibles consecuencias cruzando lo documental con la ciencia ficción.

Si bien en el 360 hay una experiencia sensorial distinta a la conocida recepción cinematográfica, a través de esta tecnología también podemos contar historias. Lo rupturista se sitúa respecto del dispositivo cinematográfico y del lugar del espectador o, mejor dicho, del usuario. Este último se presenta como interactivo e inmersivo, ya no estamos frente a una gran pantalla sino con unos lentes 3d y en una experiencia individual.

Hito Steyerl: Los condenados de la pantalla, 2014, Caja Negra. ISBN: 978-987-1622-31-3
Rudolf Arnheim: El cine como arte, 1996, Paidós. ISBN: 8475093663, 9788475093666

En el video 360, el espectador abandona su estado relajado de la butaca y experimenta un estado de desorientación causada, según explica Hito Steyerl en su libro Los condenados de la pantalla, por la pérdida de horizonte. Ya no logramos anclar nuestra mirada a ningún punto fijo (de fuga), desconocemos la ubicuidad de lo que está arriba y de lo que está abajo, porque al fin de cuentas lo que se ha pedido es el punto estable, y por ende, el encuadre.

La perspectiva lineal propia de la composición clásica encuentra en la perspectiva vertical, según propone Styerl, su correlato. Aquel espectador inmóvil, cambia su paradigma visual y aquel horizonte, al cual anclaba su mirada, ahora se ha convertido en un piso arriba-abajo que produce un observador flotante.

La situación del nuevo espectador 360 nos recuerda palabras de Rudolf Arheim en El cine como Arte (1932). El teórico alemán al analizar la relación del cine con la realidad y los cambios perceptuales que experimentó el espectador destaca la sensación de mareo que se produce al ver un film: “Este mareo se debe a que los ojos participan de un mundo diferente del que indican las reacciones cinestésicas del cuerpo”.2 Estas palabras bien podrían ser escritas para la transformación perceptual del usuario de 360 quien padece del mismo mareo ya que el equilibrio, o no, depende solamente de la información visual no recibiendo estímulos cinestésicos.

Es claro que el video 360 forma parte de una revolución como en su momento lo fue la imprenta o la fotografía. Las tecnologías inmersivas desplazan el circuito producción, circulación y consumo hacia la mediatización digital. Redefinir al cine es hoy un imperativo.

Notas

1
  • Participantes de la edición 2016: Bernarda Page, Fernando Molnar, Magda Hernandez, Jose Isla Hidalgo, Tomás Bergero Trpin, Cecilia Fiel, Ailin Emilio, Fermín de la Serna, Sharon Alpuche, Javier Leoni Puebla, Laura de los Santos y Mariano Marin.
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2
  • Arheim, Rudolf: El cine como arte, Barcelona, Paidós, 1996, p. 33.
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